El Tarot es uno de los métodos de adivinación más divulgado y conocido a través del mundo. Nadie sabe con certeza cual es su origen, se encuentran mazos en Europa desde el siglo XIII, aunque la mayoría de sus simbolismos ponen en evidencia su origen egipcio.
La palabra "Tarot" significa etimológicamente "Libro de Thot". El dios egipcio Thot era representado con una cabeza de pájaro y cumplía las funciones de un escriba, anotando los actos de cada vida humana para su juicio final.

El dios Thot escribiendo.

El mazo se compone de 78 cartas en total. Las primeras 22 se denominan Arcanos Mayores y las 56 restantes, Arcanos Menores. La palabra "Arcano" es sinónimo de secreto o de misterio.
Básicamente, el Tarot es un libro con sus hojas sueltas, escrito con símbolos universales. Un libro que nadie puede traducir y, sin embargo, que cualquiera puede leer. Cada carta contiene un símbolo apropiado y éste hace una labor interna en quien la lee. Estos símbolos comunican su mensaje a la mente inconsciente. Al exponerse el tarotista frente a las cartas, cada símbolo toca su yo interno sin pasar por la mente racional, despertando con su vibración el mensaje interior. 
A lo largo del estudio de cada carta, deberemos concentrarnos en el análisis de los distintos elementos gráficos (mente consciente), mientras que el permanecer frente a cada carta con sus símbolos aportará el resto de la información (mente inconsciente). Aunque el estudio se basa en la asociación de ideas y su análisis, lo que presupone una mayor utilización del cerebro izquierdo (lógico, racional) en realidad se apunta al desarrollo y a una utilización mayor del cerebro derecho (intuitivo, emocional). Por lo tanto, ya a pesar de lo que la lógica diga, el tarotista aprenderá a confiar más en sus intuiciones e impresiones generales que en lo que pueda deducir por el recuerdo lógico coherente del significado de cada carta. Lo que significa que tiene más valor la idea que aporta el conjunto de las cartas que cada una con su significado individual.


Aunque el Tarot está al alcance de todos, sólo parece transmitir sus mensajes codificados a quienes buscan un crecimiento espiritual y no el mero enriquecimiento material. A pesar de la gran cantidad de libros publicados y de lugares donde estudiar, el proceso de aprendizaje es interno y de asimilación creciente, conforme a la evolución espiritual de cada persona. Se puede afirmar que el mismo dios Thot quien exime o no a los interesados en los misterios del Tarot. 
Cada carta tiene una gráfica central principal que es coherente con su nombre. Además tiene un número, una letra hebrea, símbolos astrológicos y otros elementos gráficos abstractos que se encuentran dispersos en distintos lugares.  Cada uno de estos elementos le aporta un significado. En todos los casos, estos actúan entre si sin contradecirse sino, por el contrario, complementándose y enriqueciendo el mensaje final.
El estudio de los Arcanos nos lleva a hablar de emperadores, alquimistas, magos, etc., pero en la vida actual no es esto lo que se describe al consultante sino su analogía.
Es importante considerar qué nos sugiere personalmente cada carta, además de su estudio. 

Extraído del libro: "Tarot Egipcio" . Curso completo -  Jeremy Mitchell.

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